31 de Mayo – Día mundial sin tabaco. ¡Somos más, sin tabaco!

¿Por qué fumas?

Fumar es una forma de adicción. La nicotina que se encuentra en el cigarrillo es la responsable de producir dependencia, como la generada por el consumo de cocaína y heroína. El cigarrillo cumple con los criterios de una sustancia para ser considerada como droga: CONSUMO COMPULSIVO, tolerancia (es decir, necesidad de aumentar la dosis para sentir el mismo efecto), dependencia, síndrome de abstinencia.

Un mínimo porcentaje de consumidores, cuando se lo proponen, logran controlar el consumo sin desarrollar dependencia al cigarrillo; pero en la mayoría de los casos la persona se vuelve adicta al cigarrillo y requiere de tratamiento especializado para controlar la dependencia.

Dejar de fumar no es sólo cuestión de voluntad.

La dependencia es la necesidad irrefrenable del individuo de consumir la sustancia, en este caso el cigarrillo. Puede se física, psíquica o social

– Dependencia física: el organismo se habitúa a recibir la nicotina y ésta se convierte en un elemento necesario para su funcionamiento. Esta CLASE DE dependencia se evidencia cuando la persona experimenta síntomas desagradables (síndrome de abstinencia) al dejar de fumar.

– Dependencia psíquica: Se manifiesta cuando la persona tiene la idea de necesitar la sustancia para realizar alguna actividad, incluso algo cotidiano como disfrutar de un libro, un programa de televisión, una fiesta o una conversación.

– Dependencia social: Cuando el consumo de cigarrillo es sólo en las reuniones o la vinculación a un grupo.

¿Qué es el síndrome de abstinencia?

El síndrome de la abstinencia se caracteriza por la aparición de una serie de síntomas y signos con los cuales el organismo del fumador responde ante la falta de éste.
Cuando hay síndrome de abstinencia, aparecen en las primeras horas del día al menos 4 de estos síntomas: deseo de fumar, ansiedad, aumento de apetito, insomnio, irritabilidad, dificultad en concentrarse, disminución de la frecuencia cardiaca y depresión.
Y puede presentarse también: dolor de cabeza, cansancio, mareos, vértigo, temblor interior, temblor de manos, dolor de ojos, náuseas, vómitos, contracciones musculares, debilitamiento, sudor en las manos, hormigueos en la piel y cambios en el sabor de los alimentos.

Recomendaciones para dejar de fumar

– Coma preferiblemente, frutas, verduras, jugos, quesos y sopas suaves. Evite comer todo tipo de carnes, fritos, enlatados, salsas picantes, alimentos muy salados o muy condimentados.
– Beba entre comidas, abundantes zumos, jugos de frutas ricas en vitamina C (cítricos) o agua: 8 vasos al día como mínimo.
– Evite consumir licor y café.
– Tenga siempre a mano algo para picar o masticar (ojo con el peso), como: fruta, zanahoria, chicle sin azúcar, etc.
– Cambie de rutina. Empiece a hacer ejercicio físico regularmente, practique algún deporte preferiblemente acuático. Utilice el sauna, el turco y reciba masajes de agua.
– Mantenga sus manos permanentemente ocupadas (artes manuales, expresión artística, jardinería, etc.).
– En su tiempo libre, procure hacer actividades satisfactorias, relajantes. Aprenda a relajarse y superar el momento crítico (inspiraciones profundas).
– Repase continuamente la lista de razones para no fumar y los beneficios que ha obtenido desde que dejó de fumar.
– Recuerde que los síntomas desagradables, al dejar de fumar, duran aproximadamente 15 días, ÚNICAMENTE.

Respiremos salud – Espacios libres de humo de tabaco

El deber de proteger a las personas contra el humo de tabaco se corresponde con la obligación de los gobiernos de promulgar leyes que las protejan frente a las amenazas a sus derechos y libertades fundamentales. Esa obligación se hace extensiva a todas las personas, y no se limita a determinadas poblaciones.

Habida cuenta de los peligros que entraña el inhalar humo de tabaco ajeno, el deber de proteger contra la exposición de humo de tabaco está implícito, entre otros, en el derecho a la vida y el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, reconocidos en numerosos instrumentos jurídicos internacionales (entre ellos la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), incorporados oficialmente en el Preámbulo del Convenio Marco de la OMS y reconocidos en las constituciones de muchos países.

 

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